Insólito. Un turista estadounidense encontró una violenta aunque peculiar muerte a manos de aborígenes en una remota isla de la India en el archipiélago de Andamán, en el Océano Índico, y a la cual está prohibido el acceso para proteger a su población, recogió la agencia EFE.
Jatin Narwal, portavoz de la Policía de Andamán, en la Bahía de Bengala, confirmó que se trató de un ciudadano estadounidense que “fue visto por última vez el 16 de noviembre por los pescadores que lo acompañaron en su camino a la isla” de Centinela Norte.
Ellos fueron los que informaron a un “amigo local” de la víctima, quien a su vez alertó a las autoridades, señalaron las fuentes oficiales. La investigación policial determinó que el turista murió a manos de los aborígenes de conocida hostilidad y sin contacto con el mundo exterior.
Aunque de momento se desconoce la forma en que murió, medios locales señalaron que la víctima falleció por el impacto de flechas poco después de tocar tierra. El portavoz policial remarcó que Centinela Norte es un área prohibida.
“La entrada en esta isla está restringida bajo la regulación para la Protección de las Tribus Aborígenes, nadie tiene permitido ir allí”, señaló. Información de la ONG Survival International indica que en 2006 los nativos acabaron con la vida de dos pescadores que llegaron a la orilla.
Los aborígenes han habitado la isla durante los últimos 55 000 años aproximadamente. En las islas Andamán la población asciende a 28 077 individuos, según datos de la Comisión Nacional para las Tribus (NCST).
Hasta la época colonial, las islas Andamán y Nicobar, a unos 1000 kilómetros del subcontinente indio, eran escasamente visitadas, por lo que las tribus pudieron mantener intacta su forma de vida. Actualmente la mayoría de andamaneses reside en asentamientos del Gobierno indio.
No obstante, aún quedan tribus que viven aisladas y subsisten en base a la recolección y la caza.