En Francia, una alerta de bomba al interior del avión infundió el pánico entre los 130 pasajeros a bordo de un avión de Britsh Airways. Policías y bomberos acudieron a revisar el vehículo que tenía por destino Londres.
En un primer momento el pilotó James Anderson advirtió a los pasajeros sobre problemas técnicos, pero posteriormente tuvo que confesar que habían recibido una amenaza directa contra la seguridad que implicaba al vuelo.
El avión tuvo que ser transportado a otro lado a fin de que pueda ser inspeccionado. La nave fue evacuada y se revisaron las maletas y a los propios pasajeros.