Entre 2005 y 2013 Brittni Ruiz dejó su nombre real para convertirse en Jenna Presley, una de las actrices porno más exitosas de la última década. Empezó en la pornografía con solo 18 años.
Durante los 7 años que trabajó como actriz porno, grabó decenas de películas y llegó a ganar hasta 13 000 dólares en un solo día, rodando una historia de sexo salvaje en Tokio, Japón.
La religión no le preocupaba, hasta que se topó con la Iglesia XXX, que bajo el lema “Jesús ama a las estrellas del porno” busca convencer a las actrices para que abandonen la industria.
El colectivo cristiano acude desde 2002 a todas las convenciones de la industria del entretenimiento adulto para repartir biblias e informar a los asistentes de lo peligrosa y adictiva que puede ser la pornografía.
En una de ellas, la Exxxotica Expo de Nueva Jersey, Estados Unidos, Brittni Ruiz quedó impresionada tras leer varios fragmentos de la biblia y la predica de los pastores de la Iglesia XXX.
Tras este primer encuentro, la muchacha fue a escuchar misa, finalizada la ceremonia asegura sintió el amor de Dios y decidió cambiar de vida, dejar todo y seguir por el camino de la felicidad que solo da estar en Cristo.
Ahora colabora con la Iglesia XXX para tratar de que otras actrices porno sigan su camino. Ha vuelto a vivir con sus padres y ha encontrado un trabajo en una empresa de limusinas en la ciudad de San Diego, Estados Unidos.