Las empleadas de un 'sex shop' en California, Estados Unidos, evitaron un robo en el establecimiento comercial nada menos que lanzando consoladores al ladrón, que terminó huyendo despavorido.
En lugar de acobardarse se defendieron del delincuente que les exigía el dinero de la caja registradora. Aunque la reacción de las mujeres no es la más aconsejada por las autoridades en caso de robo o asalto en un establecimiento público.
Una de las trabajadoras comenta: "Pensé que se hacía el gracioso para asustarnos. Pero cuando vi el arma, dije: ¿Estás bromeando? No tengo tiempo para esto". Mientras que la otra empleada tildó al ladrón de cobarde. “Vino y trató de amedrentar a dos mujeres y no se dio cuenta que éramos unas luchadoras".