Apoyado en un bastón, con caminar pausado, torcido y con mascarilla, Ever López engañaba la buena fe de la gente y de los automovilistas.
Apoyado en un bastón, con caminar pausado, torcido y con mascarilla, Ever López engañaba la buena fe de la gente y de los automovilistas.
Según las autoridades, varias personas llamaron a la cruz roja mexicana para que lo ayuden, pues pasaba varias horas en la calle solicitado dinero para comprar sus medicinas y alimentos.
En un intento por ayudar a este individuo, personal de salud lo abordó para ofrecerle apoyo y deje las calles, pero se llevaron la ingrata sorpresa que el enfermo gozaba de muy buena salud y todo se trataba de una farsa.
Afirmaba ser directora de un centro especializado y publicaba imágenes de su “hospital en San Diego” y de consultas con su “esposo médico”. Sin embargo, todas estas evidencias resultaron ser montajes.
