En Santa Teresita, una localidad balnearia y turística de Buenos Aires, en Argentina, un delfín murió de la forma más absurda que se pueda imaginar. Y es que un grupo de imprudentes bañistas optaron por sacar al animal del agua para tomarse una fotografía, según denunció la fundación Vida Silvestre.
De acuerdo a lo manifestado por los testigos, los turistas sacaron del agua a dos delfines franciscanos que miden entre 1.30 y 1.70 m de largo y que pertenecen a una de las especies con ejemplares más pequeños.
"La ocasión sirve para informar a la población sobre la necesidad urgente de devolver a estos delfines al mar ante el encuentro con uno en la orilla, manifestó Vida Silvestre en un comunicado.