La vida no es sencilla para nadie pero puede ser mucho más complicada para personas con ciertas limitaciones físicas. Así sucedió con Patrick Hughes, un joven estadounidense que tuvo la desgracia de nacer sin ojos y con una condición médica que no le permitía mover sus músculos con total libertad.
La vida iba a ser una lucha constante para él pero supo encontrar la forma ideal de ser feliz y sentirse pleno como persona. Y es que a la edad de dos años descubrió su gran talento para la música cuando su padre lo puso frente a un piano. La naturalidad con que tocaba cada tecla sorprendió a su familia de inmediato y los unió mucho más.
Ahora Patrick es un joven universitario e integra la banda musical de la Universidad de Louisville, en Kentucky, Estados Unidos, donde su padre lo acompaña a diario a todas sus prácticas y ensayos para ayudarlo a movilizarse con su silla de ruedas. Él es su admirador número uno y también uno de los protagonistas de esta conmovedora historia.