El agente policial que asesinó al joven afroamericano Michael Brown fue exonerado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de los cargos presentados en su contra al considerarse que “no violó los derechos civiles” cuando ejecutó los disparos.
"No hay pruebas en las que los fiscales puedan confiar para negar la creencia subjetiva declarada por Wilson de que temía por su seguridad", reza el informe remitido por la referida instancia.
Esta decisión fue respaldada en el documento con el resultado de la autopsia, que desbarató la versión de los testigos sobre un presunto ataque por la espalda, al revelar que no hubo disparos por atrás.
Con ello, la investigación de Justicia concluye que la víctima protagonizó un forcejeo con el agente al acercarse a su patrulla, aunque no se pudo comprobar que intentara arrebatarle el arma que portaba.