El amor no siempre es ciego, así le quedó claro a un hombre saudí que después de dar el 'si', vio por primera vez el rostro de su soñada nueva mujer, y desistió de su decisión en el acto.
Los novios no pudieron verse antes de casarse y se conocieron recién el día de la boda. La ceremonia iba bastante bien, hasta que llegó el momento en que el hombre debía correr el velo que cubría el rostro de su esposa y grande fue su sorpresa al verla.
"No eres la mujer que me imaginaba. Perdón, pero me divorcio en este momento", dijo el hombre ante el desconcierto general y el llanto incontenible de la esposa, poniendo así fin a un matrimonio que duró solo unos minutos.
Esta historia de desamor tuvo sus inicios hace mucho tiempo, cuando los padres emparejaron a ambos muchachos, por intereses familiares y económicos, una práctica que es toda una tradición en algunos países de Oriente Medio.