El dinero fue sacado durante tres años de los fondos de la Unión Europea destinados a subsidiar a los granjeros reales y desarrollar la economía rural en el país, según la página web RT.
El caso se hizo público cuando los ocho estafadores propietarios de las granjas virtuales presentaron a una corte una queja contra las autoridades rumanas por la suspensión de los pagos.
Los granjeros virtuales insistieron en que no tenían idea de que los subsidios en realidad estaban destinados a mantener el ganado real. Según ellos, las vacas que habitaban sus granjas en Facebook merecían el mismo tratamiento que las reales.
A pesar de sus argumentos, curiosamente los defraudadores habían mostrado unas vacas vivas a los veterinarios para conseguir todos los permisos y papeleos necesarios para la obtención de los subsidios durante 3 años.