Un avión Pilatus Porter que transportaba a diez paracaidistas se precipitó en un campo en Marchovelette, en la provincia belga de Namuy, provocando la muerte de sus diez tripulantes y del piloto de la nave, según informaron los medios locales.
El accidente se produjo alrededor de las 14:00 GMT, al parecer, cuando el conductor del avión perdió el control de una ala. Tras ver ello, los bomberos se apersonaron al lugar pues el aparato cayó a aproximadamente 250 metros de unas viviendas.
Testigos indicaron que tres de los pasajeros intentaron abrir sus paracaídas antes del estrellamiento del vehículo, sin embargo, lo hicieron demasiado tarde, pues la policía constató luego que nadie había sobrevivido.
Por su parte, el primer ministro belga, Elio Di Rupo, transmitió a las familias sus más sinceras condolencias por la muerte de sus seres queridos en ese "trágico accidente".