En una reciente visita de diplomáticos al Vaticano, se pudo apreciar que el Santo Padre estaba sentado en un sencillo sillón blanco, mientras recibía a los ilustres visitantes.
Como puede apreciarse en la foto, Benedicto XVI, siempre empleaba un lujoso trono de oro y plata para recibir a los diplomáticos y jefes de Estado. Dicho asiento es radicalmente distinto al elegido por Francisco, para este tipo de ceremonias.
Diversos medios del mundo han destacado este hecho inédito en la historia del Vaticano, el reemplazo del tradicional asiento papal, sin lugar a dudas un gesto de humildad del Pontífice originario de Argentina.
“Papa Francisco decidió marcar una huella en austeridad y simpleza. (…) Tal es el caso del uso de un sillón blanco en lugar del tradicional trono”, indica Terra.