Según las primeras informaciones, el ataque se perpetró con un coche bomba, durante el funeral de un ciudadano chií en el sur de Bagdad.
Testigos indicaron que un terrorista suicidad conducía el vehículo y lo hizo explosionar contra los asistentes al velatorio.
Este nuevo atentado contra la comunidad chií, que dejó más 30 muertos y 60 heridos, se suma a la serie de sangrientos ataques del cual es víctima esta etnia desde diciembre pasado.
El atentado se registró cerca de un mercado y un hospital en la zona Zafaraniya, en el sur de la capital, generando importantes daños materiales a los edificios y coches de los alrededores.