El mundo está lleno de sorpresas a pesar de que muchas veces creemos que ya conocemos todo. Sin embargo, siempre se puede descubrir cosas nuevas que llamen mucho la atención. Un claro ejemplo de esto es lo que se encontró hace algún tiempo en una antigua granja al oeste de Francia, donde un niño hizo un hallazgo impresionante que pudo convertir a su familia en gente adinerada.
Y es que el nieto del empresario Roger Baillon descubrió que en una zona no explorada de la enorme granja, se escondían gran cantidad de autos clásicos de lujo que hoy podrían valer millones. Los vehículos datan de entre los años 30 y 50 y se encontraban pudriéndose en cobertizos. ¿Cómo llegaron ahí y por qué estaban en ese estado?
Resulta que los coches eran propiedad de Baillon, quien hace varias décadas atrás intentó hacer un museo de lujo pero cuando las cosas no fueron como esperaba, se vio obligado a vender 50 autos. El empresario falleció y su hijo, quien nunca se interesó en los vehículos, murió tiempo después, dejando en el olvido el resto de la colección.