El veterano actor, ganador de un Óscar por “El indomable Will Hunting”, tiene un largo historial de abuso de cocaína y alcohol, que comenzó a principios de la década de 1980.
Aunque mantuvo controlada su adicción durante dos décadas, recayó en 2006 y fue internado en un centro de rehabilitación, amigos del artista indican que su familia estuvo siempre pendiente de él, ya que también era propenso a las depresiones.
Según su representante, Robin Williams, optó en aquella oportunidad por la ayuda profesional, ya que su adicción a la cocaína y el alcohol no podía ser controlada tras la recaída, incluso se había vuelto agresivo con las personas cercanas.
Robin Williams se internó por varias semanas en el prestigioso Hazelden Addiction Treatment Center de Lindstrom, en Minnesota, del cual salió bastante repuesto, aunque había controlado sus adicciones a la cocaína y el alcohol, sus depresiones eran cada vez más fuertes.
Los rumores de las últimas horas, precisamente señalan que una fuerte depresión habría provocado que el destacado actor se quite la vida, aunque esa información está por confirmarse.