Todas las noches, las calles y plazas del Centro Histórico de la capital terminan cubiertas de basura, son varias toneladas las que el municipio recoge.
Pese a las campañas, los vecinos, transeúntes y comercios de la zona continúan arrojando desperdicios a la vía pública, sin el mayor respeto por nuestro patrimonio histórico.
Según los trabajadores de limpieza, nadie respeta los horarios establecidos para el recojo de la basura, solo la lanzan a la calle, inclusive desde lo alto de los edificios, sin importar que puedan provocar un accidente.