Cada inicio de año, los vecinos de la comunidad ancashina de Huari realizan el tradicional ‘Latinakura’. Una costumbre ancestral que consiste en dar de latigazos a las autoridades y políticos que no cumplieron sus promesas.
Desde temprano en la mañana, los vecinos se acercan a la plaza pública. Allí, los pobladores pueden manifestar sus quejas sobre el desempeño de sus autoridades. Los comuneros afirman que esta práctica se remonta a tiempos antiguos desde los tiempos de los ‘taytas’. El castigo se ejecuta por el incumplimiento de las funcionas que debe tener la autoridad.
Para que las autoridades puedan soportar el dolor de los latigazos, los comuneros dan chicha de jora momentos antes de los golpes. Luego, un juez con látigo en mano procede a los latigazos respectivos. Los ciudadanos también pueden pasar por el látigo si es que estos no han cumplido sus obligaciones con la comunidad.