Sin lugar a dudas, este año ha sido profuso en hallazgos arqueológicos en distintas regiones del mundo, en algunos casos, estos descubrimientos son tan importantes que hasta podrían cambiar la historia de los países donde fueron encontrados.
Al respecto, el equipo digital de la revista National Geographic en Español, se abocó a seleccionar los casos más destacados, por su peso histórico, importancia arqueológica o dificultad que representó para los científicos. A continuación, lo mejor de este año:
1. Rostro de Tutankamón, Egipto
El rostro de Tutankamón permanecía velado a los ojos de los historiadores y arqueólogos, pero este año se logró visualizar, gracias a sofisticadas máquinas y métodos científicos, importantes rasgos. Pero según Zahi Hawass, exministro de antigüedades egipcias, las reconstrucciones virtuales que se han hecho son poco precisas.
2. Dolmen de Guadalperal, España
Oficialmente conocido como Dolmen de Guadalperal, éste podría ser el yacimiento neolítico más grande que se ha encontrado en la Península Ibérica. Los arqueólogos se refieren a él como el ‘Stonehenge español’, por sus dimensiones y antigüedad estimada.
3. Neve: la bebé más antigua de Europa, Italia
Los entierros infantiles tan arcaicos son extremadamente raros, detallan los autores del estudio. A partir de sus dientes, los investigadores determinaron que es la niña más antigua de Europa. El caso de ‘Neve’ fue excepcional porque, además, se conservó muy bien la tela con la que la pequeña fue envuelta.
4. Dios del Universo, Siria
En su momento de mayor esplendor, a Palmira se le hacía referencia como la «ciudad de los árboles de dátil«. Fue el centro de poder de un imperio antiguo, datado de hace al menos 2 mil años en medio del desierto de Medio Oriente. Aunque estuvieron ligados al Imperio Romano, conservaron su propio panteón divino, al que adoraron por milenios de manera independiente a la fe romana.
5. Sanxingdui, China
Sanxingdui es un sitio arqueológico en el municipio de Guanghan, en la región central de China. Se encontraron reliquias y artefactos cuyas formas nunca antes habían sido atestiguadas: altares de bronce, figuras de criaturas míticas y distintos tipos de efigies arrodilladas. Otro objeto que resalta en el descubrimiento es una caja con tapa en forma de tortuga y asas con cabezas de dragón.
6. Deidad maya del maíz, México
Un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) en México descubrió cerca de la ciudad de Palenque la escultura de un joven dios del maíz maya. Acostado, como si estuviera a punto de ingresar al inframundo, podría ser uno de los creadores del Universo prehispánico.
7. Ciudad desconocida de la Edad de Bronce, Iraq
El sur de Irak, debido a la sequía, urbes de la Era de Bronce emergen, una ciudad construida hace 3 mil 400 años apareció sorprendiendo a propios y extraños, los arqueólogos de la University of Tübingen encontraron un palacio antiguo, perfectamente conservado.
8. Palacio del nieto de Genghis Khan, Turquía
Sí sabiendo que su abuelo fue un hombre de gustos ostentosos, Hulagu KhanSabiendo no podía ser menos, venían de una familia de militares exitosos —quizá los más temidos de todo Asia—, por ello se dio el lujo de tener un palacio a la altura de su apellido. Esto revelan las ruinas desenterradas recientemente por un equipo de arqueólogos de Academia de Ciencias de Mongolia.
9. Hércules de Anticera, Grecia
Ubicada a medio camino entre Creta y la Grecia continental, Anticitera no deja de revelar sus secretos. Este año un equipo perteneciente a la Escuela Suiza de Arqueología en Grecia realizó un nuevo descubrimiento, este podría ser la clave para descifrar enigmas que el sitio aún conserva. Entre los artefactos rescatados del fondo del mar, se encuentran estatuas de mármol y dientes humanos.
10. El verdadero propósito de Stonehenge, Reino Unido
En marzo de este año, trascendió que arqueólogos había determinado cuál era la función real del yacimiento de Stonehenge, espacio de formaciones neolíticas en el Reino Unido. Por la posición de los piedras, determinaron que había sido un calendario solar, que daba la pauta de 365.25 días. Justamente, una vuelta al Sol.
Sin embargo, no indagaron sobre el posible funcionamiento de este sitio previo a la construcción del calendario astronómico. Mucho antes de que las piedras de Stonehenge sirvieran como un marcador de tiempo, el espacio se ocupó como un «coto de caza».