Las fuertes ráfagas de viento derribaron árboles e hicieron volar varios techos de calamina, letreros y carpas, en la región Ucayali.
En la ciudad de Pucallpa, los comerciantes de una feria artesanal tuvieron que refugiarse para evitar salir lastimados. Del mismo modo los pescadores y transportistas, en el puerto fluvial, protegieron sus embarcaciones como pudieron.
Las ráfagas de viento, que alcanzaron velocidades de hasta 78 kilómetros por hora, dejaron a su paso varios daños materiales. Pero los vientos huracanados no llegaron solos, sino acompañados de una intensa precipitación.
En la provincia de Atalaya, uno de los árboles de la plaza 29 de Mayo se cayó, al igual que un poste de luz. Afortunadamente, ningún poblador resultó herido. Mientras que en el distrito de Aguaytia, en la provincia de Padre Abad, el rio Negro se desbordó debido a la continua y copiosa lluvia.
Según las autoridades, este fuerte temporal, forma parte del decimoquinto friaje del año que ocurre en la selva. Defensa civil informó que se encuentra monitoreando las zonas dañadas para enviar la ayuda necesaria a las familias afectadas.