Andrés Choy, representante de la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP), expresó su preocupación por el creciente aumento de extorsiones que están afectando a pequeños negocios, especialmente en zonas urbanas y capitales de provincia. Choy destacó que esta situación se suma a los desafíos que ya enfrentaban debido a la recesión económica y la pandemia del COVID-19.
Choy informó que las denuncias de extorsiones se han triplicado en el último año, afectando severamente a los pequeños negocios que luchan por sobrevivir. Describió casos recientes en los que algunos bodegueros fueron asaltados con pistolas, y a otros se les dejó una bala como amenaza para exigir pagos.
Durante la entrevista, se abordó la cuestión de los costos de seguridad, que han aumentado considerablemente. El miembro de ABP indicó que antes solo se necesitaba una reja como medida de seguridad, pero ahora se requieren cámaras de vigilancia, lo que incrementa los gastos operativos de los negocios.
Se mencionó que muchos bodegueros, por temor a represalias, evitan denunciar los casos de extorsión, lo que complica la lucha contra este problema. Además, señaló que un 15-20% de los socios de la asociación han cerrado sus negocios en el último año debido a la creciente extorsión, especialmente en zonas como Lima Norte y Trujillo.
En cuanto a las acciones tomadas con las autoridades, Choy mencionó que han trabajado con el Ministerio del Interior y la Policía Nacional para abordar el problema. Sin embargo, expresó su frustración por la falta de coordinación y la rotación constante de funcionarios, lo que dificulta encontrar soluciones sostenibles.