Denuncian que la alameda Fernando Wiesse, ubicada en San Juan de Lurigancho, se asemeja más a una zona de guerra que a un parque público. Cámaras de Buenos Días Perú registró que las bancas de concreto están destrozadas, las mesas de ajedrez tiradas por los suelos, con montes de basura y estructuras carbonizadas son una vista común. Según los vecinos, este deterioro es el resultado de la invasión de delincuentes y personas de mal vivir en la zona. Inclusive, señalan que el ornato del lugar ha sido destruido y los metales robados para su venta en el mercado negro.
Roxana, una de las pocas vecinas que se atreve a pasar por la zona, indica que camina con miedo cada vez que tiene que atravesar el parque con su hijo de 10 años. La sensación de inseguridad es palpable y el miedo a ser víctima de un delito es constante.
Además de ser un punto de encuentro para los delincuentes, la alameda Fernando Wiesse también se ha convertido en un lugar de reunión para beber licor. A pesar de la presencia de varias discotecas cercanas, parece ser un buen negocio para algunos convertir esta alameda en un lugar intransitable.
Lo más preocupante es la aparente indiferencia de las autoridades municipales. Los vecinos se sienten abandonados y olvidados por la Municipalidad de San Juan de Lurigancho. María, una de las moradoras de la zona, expresa su frustración por la falta de respuesta de las autoridades.
Los residentes buscan desesperadamente ayuda y una respuesta de las autoridades ediles; sin embargo, hasta el momento, sus llamados han caído en oídos sordos.
La situación en la alameda Fernando Wiesse es un claro ejemplo de la falta de seguridad y el abandono de los espacios públicos en algunas zonas de la ciudad. Es imperativo que las autoridades tomen medidas para restaurar la seguridad y la dignidad de este parque y sus alrededores.
