Gracias a un paciente trabajo de inteligencia, agentes de la Dirección contra la Trata de Personas de la Policía Nacional del Perú desarticularon una mafia dedicada a la explotación sexual en Chilca ubicado en el sur de Lima.
Del operativo se rescató a siete mujeres, una de ellas una menor de edad, quienes estaban cautivas sexualmente y obligadas a prostituirse para "cancelar" una deuda pendiente. En el lugar, habían camarotes y desgastados colchones de espuma. Ahí satisfacían demandas de los clientes desde 2 p.m. hasta las 3 a.m.
"Llegué el 12 de junio, un compatriota me ofreció trabajo en el Perú, pero cuando llegué me dejó en el bar bajo custodia de la pareja de convivientes. Aquí me indicaron que estaba obligada a prostituirme hasta cancelar una supuesta multa de 15 mil por los gastos del viaje de mi país hasta el Perú. Me tenían bajo amenaza", es el crudo testimonio de una de las explotadas.