No muy distinto: en los años ochenta, el sistema de transporte público en Lima estaba incluso peor que hoy. La sobredemanda de vehículos ocasionaba que muchas personas se quedaran literalmente en la calle, al no poder movilizarse.
Hasta escenas tan salvajes como la de buses repletos con personas viajando colgadas era el pan de cada día. Ante este panorama, las combis fueron una alternativa que prometía aliviar el mercado y generar más trabajo en tiempos de crisis.
30 años después, la situación no ha cambiado, aunque hoy existe una sobreoferta de combis: vehículos que en muchos casos operan como 'piratas', en la más completa informalidad e ilegalidad. Sin ofrecer ningún tipo de garantía.
Este es el panorama que encontró este miércoles Buenos Días Perú en Puente Nuevo, El Agustino, un panorama que se agrava en el contexto de la pandemia del coronavirus ¿Cuál es el secreto de su vigencia? Simple: estos cubren rutas que los grandes sistemas olvidan.