En el trimestre de abril a junio el desempleo en nuestro país alcanzó el 16.3% de la población, tan solo en la capital más de 2 millones 300 mil personas perdieron su trabajo y hoy luchan por sacar adelante a sus familias y poder colocar todos los días un plato de comida sobre sus mesas en plena pandemia por la COVID-19.
Pero en muchos casos, a la preocupación diaria por sobrevivir se le suma la intranquilidad de no poder pagar las deudas bancarias.
Son muchos los peruanos hoy no lleva ni un solo sol en el bolsillos, y muchos manifiestan haber acudido a las entidades bancarias para pedir que sus deudas sean congeladas o refinanciadas, pero lo que reciben es una rotunda negativa.
El Perú entero sufre a causa de la crisis económica que ha generado la pandemia del COVID-19 y es por eso que la morosidad de deudas bancarias alcanzó el 4.6%, pero para proteger la economía de las familias peruanas, a principios del mes de julio se presentó al Congreso de la República un proyecto de ley que propone el congelamiento de las deudas bancarias.
El congelamiento de deuda quiere decir que simplemente se suspende todo pago tanto de capital de interés y de cualquier tipo de deuda ya sea de consumo tarjeta de crédito, vehicular, hipotecario o cualquier tipo de crédito incluyendo también los seguros como te decía hasta que se levanta el estado de emergencia y 10 días después el banco ya puede exigir el pago de esa deuda.
Es bueno tener en cuenta que el refinanciamiento de deuda, genera que usted pague menos mensualmente, pero durante una mayor cantidad de tiempo y en muchos casos con una tasa más alta, por lo que finalmente terminará pagando más cantidad, pero además, si usted hace uso de este recurso no podrá acceder a otros financiamientos hasta que termine de pagar su deuda por completo.
