Tenían su ‘cuartel’ en una casa ubicada en el pasaje Las Poncianas, en la asociación residencial Huancayo, El Agustino, la llamaban “la fábrica de finos acabados”. Hasta ese lugar llegó personal de la Dirincri para intervenir a estos malhechores.
Cada integrantes era conocido por los agentes especiales de la división de Estafas de la Dirincri, y son considerados en el mundo de la falsificación como ‘Los artistas’, sujetos que se han especializado en darle retoques a los billetes para obtener un producto casi idéntico al original.
Marco Antonio Torres Alberca, o también llamado ‘Papu’, es la mente del grupo, un sujeto que guarda mucha información. Estos sujetos estaban casi siempre un paso por delante de la Policía, pues cambiaban de domicilio si se sentían perseguidos, incluso se turnaban horas para hacer vigilancia desde el techo, a fin de evitar sorpresas.
En el taller clandestino se trabajaban medio millón de dólares falsos. El el taller de estos sujetos se les encontró fajos de dólares, enseres de los artistas, goma, tinta, navajas, pinzas, terocal y una máquina. Los agentes policiales encontraron a estos sujetos con las manos en la masa.