Ante la falta de apoyo por parte de las autoridades, los vecinos de San Juan de Miraflores se han puesto manos a la obra para combatir la delincuencia, pero sus esfuerzos, aunque exitosos, son insuficientes contra este mal que día a día crece en la capital.
Cada esquina del Sector 1 en San Juan de Miraflores tiene un ojo vigía, cámaras de seguridad que monitorean 24/7. Un cuartito alquilado sirve como base para las 112 cámaras: profesores, amas de casa, ingenieros, bodegueros, cuando el tiempo les permite, se convierten en guardianes.
Lo que inició con un par de cámaras instaladas en la casa de un vecino hoy es una de las redes más importantes de vigilancia de la capital, pero la base prometida que les ofreció la municipalidad luce abandonada, una de las tantas promesas que, según los residentes, no han cumplido.
Con cámaras de seguridad se combate pero no se gana a la delincuencia. Mientras tanto, el trinomio que tanto mencionan estos buenos vecinos aún no se pone en práctica.