Dejó a su familia en Nigeria y viajó miles de kilómetros para cumplir su sueño de convertirse en estrella de fútbol en uno de los clubes más prestigiosos y emblemáticos del Perú, pero terminó robando celulares en las calles de Lima y Arequipa. Okolie Chukwuroo, fue fichado para jugar en el club Sport Boys del Callao en el año 2010.
Con apenas 20 años, el mediocampista africano fue presentado como la esperanza y el refuerzo del equipo rosado, quien destacaba por su velocidad y fuerza. En el club chalaco sus compañeros lo llamaban “Mono”, por que cada vez que metía un gol celebraba realizando piruetas y volantines.
Pero la suerte de esta joven promesa del fútbol cambió abruptamente durante un partido amistoso ante la Sub 20 peruana, a poco tiempo de su debut, donde el nigeriano sufrió una grave lesión en la rodilla, que lo alejó de canchas y de sus sueños para siempre. Tras la lesión Okolie aún tenía contrato vigente con el Sport Boys y asegura que su club no se hizo responsable con su recuperación física en ningún momento.
“Yo no soy un delincuente, nunca he sido, de verdad (…) por favor yo quiero que me deporten a Nigeria te lo ruego por favor, te lo ruego” pide el nigeriano. Su pierna, que antes era un arma de anotar goles, empezó a presentar una visible cojera, que no le permitió volver a las canchas, ni tampoco pudo retornar a su país.
Lamentablemente nombre cambió las páginas deportivas a los policiales ya que el exfutbolista fue detenido el pasado 2 de marzo, por asaltar a un taxista, en Miraflores, en diciembre del 2017, también fue capturado por la policía por arrebatarle el celular a otro taxista, en la ciudad de Arequipa.
Hoy completamente solo, en un país ajeno, con una lengua diferente y lejos de su familia, asegura que la necesidad lo llevó a delinquir y tomar medidas desesperadas era para ser deportado a su país, ya que está alejado de los suyos por 9 largos años.