Alguna vez fueron joyas de la arquitectura colonial, piezas históricas que debimos conservar pero que lamentablemente hoy se caen a pedazos. Casonas o quintas que a pesar del peligro que significan nadie puede tocar pues han sido declaradas patrimonio cultural.
BDP visitó algunas de ellas y registró cómo estos espacios se encuentran a punto de colapsar y hasta son almacenes de desperdicios. Además, muchas son usadas como guarida de delincuentes y personas que consumen droga.
Atrás quedaron las delicadas cornisas que decoraban los techos y balcones con finos acabados; lo que antes eran bellas estructuras en la actualidad significan un riesgo para vecinos y transeúntes.