Los teléfonos públicos se han convertido en la nueva herramienta de los extorsionadores, quienes roban estos aparatos, a los cuales hacen modificaciones para que puedan realizar sus amenazas sin que nadie rastree la procedencia de las llamadas.
El coronel Jorge Luis Padilla, jefe de la División de Investigación Delitos Contra la Seguridad del Estado, señaló que esta es una modalidad que ahora están usando los delincuentes como extorsionadores para no ser rastreados.
“Modifican el software y le ponen un paquete de datos que los hace trabajar vía internet, de tal manera que marcan a una persona y esta no puede detectar de donde lo llamaron porque en la pantalla del receptor aparecen más de 9 dígitos como si fuera una llamada del extranjero”, explicó el oficial.
Ante las cámaras de Buenos Días Perú, se procedió a utilizar uno de los teléfonos públicos robados y alterados. Los hampones solo necesitan depositar 50 céntimos y marcar un número fijo o celular para que al otro lado reciban una llamada de un remitente anónimo.