Miembros de la Policía Federal de carreteras desalojaron a cerca de 400 familias establecidas en un terreno que sería propiedad de la empresa Petrobras. Los agentes usaron bombas lacrimógenas, grúas y camiones lanza agua para desalojar a los pobladores que se resistían a dejar el lugar.
Las familias se habían asentado en el campo de refugiados Primero de Mayo, un asentamiento ubicado en el estado de Río de Janeiro, Brasil. Según informaron las autoridades, algunos se retiraron por su propia cuenta de manera voluntaria, pero la mayoría optó por permanecer en el lugar de manera ilegal.
Una orden judicial dictó el desalojo, por lo que los oficiales bloquearon la entrada del municipio a fin de restituir el área, además, usaron vehículos blindados para obligar a los pobladores a retirarse y limpiar el terreno de las casas de campaña improvisadas. Miembros de organizaciones sociales se solidarizaron con los desalojados que sumarían más de 1 500 personas que se han quedado sin hogar.
