Desde hace 35 años, Italia no había sido sacudida de una manera tan violenta y espantosa. El centro del país sufrió un fuerte sismo que trajo abajo paredes, dañó seriamente viviendas, abrió pistas y sembró una vez más la zozobra entre los ciudadanos.
El terremoto de 6.5 grados en la escala de Richter se sitúo a 6 kilómetros al norte de la ciudad de Norcia, una remota localidad italiana que, en segundos, fue el más devastado. El temblor afectó también vehículos y derrumbó innumerables edificios e iglesias, la histórica basílica de San Benito de Norcia fue tal vez la pérdida más significativa.
En la localidad de Tolentino también el suelo tembló con fuerza, al igual que otras poblaciones como Preci, Ussita, Muccia y Castelsantangelo. Por el momento, no se han reportado fallecidos, pero sí hubo innumerables heridos que fueron conducidos inmediatamente a hospitales cercanos.