Un grupo de ingenieros chinos decidió poner a prueba el puente de cristal más largo del mundo, para garantizar su seguridad y resistencia.
Para ello, invitaron a decenas de personas a que prueben la resistencia y fuerza de su nueva construcción. Hombres y mujeres trataron de romper la plataforma utilizando una maza.
Incluso cruzaron un vehículo con cinco personas a bordo sobre el puente para transmitir tranquilidad a los visitantes que disfrutarán de esta construcción.