El devastador incendio que arrasa el norte de Canadá sigue avanzando sin control, ya duplicó su tamaño y ha calcinado cerca de 2 mil kilómetros cuadrados de áreas forestales.
El fuego en las zonas boscosas se extiende de forma veloz, y el arduo trabajo de bomberos y voluntarios no lograron evitar la destrucción de 1600 viviendas. En una semana el fuego obligó a huir a cerca de 100 mil personas, la mayoría habitantes de Fort McMurray.
Las autoridades advirtieron que las llamas podrían seguir activas durante meses y que solo las condiciones climatológicas, como lluvia o nieve, podrían detener su avance.