Diversas movilizaciones y disturbios se registraron en varios países durante el primero de mayo, Día Internacional del Trabajo.
En Estados Unidos, la Policía de Seattle utilizó gas pimienta para dispersar a los manifestantes, tras una marcha organizada por trabajadores e inmigrantes para exigir mejores salarios y el fin de las deportaciones. Hecho similar ocurrió en Los Ángeles.
En Turquía, las autoridades también usaron gases lacrimógenos y tanques de agua para dispersar a los protestantes que intentaban ingresar a una emblemática plaza. Un hombre perdió la vida al ser arrollado por un vehículo antidisturbios.