La reina de Gran Bretaña inició hoy el último día de celebraciones por el Jubileo de Diamante con una aparición en un servicio en la catedral de San Pablo, antes de realizar un recorrido por Londres y un saludo desde el balcón del palacio de Buckingham.
Una multitud colmó las calles cuando la monarca de 86 años apareció en la iglesia, esta vez sin su esposo desde hace 64 años, el príncipe Felipe, que está hospitalizado desde el lunes por una infección de la vejiga.