Tiene solo 17 años y ya es considerado un gran jugador, pues ha demostrado que el baloncesto lo lleva en la sangre y en el alma. El joven dominicano perdió su brazo desde muy pequeño, pero eso nunca fue impedimento para ser uno de los mejores.
Mide 1.93 y tiene un amor por el deporte heredado de su padre, quien en su momento también fue un gran jugador del baloncesto. Su discapacidad no le ha impedido realizar ningún movimiento en la cancha, pues tiene una gran capacidad de salto, realiza bandejas y mates espectaculares.
Un accidente hizo que perdiera el brazo izquierdo cuando era muy pequeño. Su padre quiso que no jugara por temor a que sufriera algún golpe, pero la constancia y fortaleza de Hansel le han demostrado que puede convertirse en una gran estrella del deporte que ama.