Con el coronavirus COVID-19 expandiéndose en las sobrepobladas cárceles en el Perú, los reclusos se amotinaron denunciando estar abandonados ante la enfermedad y exigiendo atención médica. Los motines estallaron esta semana en el penal Miguel Castro Castro, y luego se extendieron a otras cinco cárceles, tres más en la capital y dos en el interior.
El saldo ha sido nueve reclusos muertos. Según las cifras oficiales, hay 30 presos fallecidos por COVID–19 y 645 contagiados, lo que representa casi la mitad de los 1.532 internos a los que se ha sometido a las pruebas para detectar el virus.
En los otros penales, a diferencia de lo ocurrido en el penal Castro Castro, los motines fueron reprimidos, pero el ambiente sigue en alta tensión ya que los familiares de los reclusos no pueden ingresar a los penales porque las visitas están prohibidas para evitar los contagios, lo que agrava más la situación y la incertidumbre.
Cabe indicar que entre los agentes penitenciarios también hay 224 infectados y siete fallecidos hasta la fecha.
