Dicen que la información es poder y saber más de lo debido siempre es una ventaja sobre otros, pero el exceso de curiosidad puede pasarnos la factura en algunos casos, pero eso no importa a la hora de “sapear”.
Y es que la curiosidad es la inclinación natural que impulsa a las personas a querer conocer, explorar y comprender su entorno, así como a buscar nuevas experiencias y conocimientos.
Este impulso interno que los peruanos conocemos como “sapear” es un acto que motiva a la búsqueda de respuestas, a la exploración de nuevas ideas y a la satisfacción de la necesidad de entender cómo funcionan las cosas o simplemente de enterarse que está pasando en su entorno.
En Al Sexo Día se testigo de un experimento que expone a los “sapos" de nuestra capital, aquellas personas que dejan todo lo que están haciendo por enterar de un hecho, como una simple pelea o discusión callejera, hasta los pormenores de un accidente de tránsito o sencillamente compartir la curiosidad de los demás por un hecho en concreto.