Dicen que en la vida solo hay dos cosas que son inevitables y a todos nos pasa y son nacer, porque es nuestro destino, y morir, porque es el final para todo ser vivo. Y si hablamos de la muerte, todos en el fondo de nuestro ser intuimos que no es el final del todo, hay algo más después.
Una prueba que existe algo más después de la muerte son los millones de manifestaciones, a lo largo de la historia de la humanidad, de personas muertas y enterradas que continúan manifestando actividad en este plano de la realidad.
¿MUERTOS Y ENTERRADOS Y SIGUEN ENTRE NOSOTROS?
Si cómo lo leíste bien, personas muertas y enterradas que siguen manifestando actividad en este plano al que llamamos vida, a esos entes todos le llamamos fantasmas, pero en ocasiones son algo más que eso.
Y si hablamos de muertos debemos partir del lugar donde ellos descansan, los cementerios, lugares desde donde se conocen muchos casos de manifestaciones paranormales que podría demostrar que muchas de las almas que allí reposan no descansan del todo.
En la sección “En carne propia”, nuestra conducta Laura Spoya experimentará la labor de ser la cuidadora por una noche en el Cementerio Presbítero Maestro y sea testigo junto a ella de manifestaciones espeluznantes en medio de la soledad y el frío de una noche junto a los muertos.