El aislamiento social que se vive en diversas naciones del mundo para frenar la propagación del coronavirus, ha generado un impacto positivo en el medio ambiente.
La reducción de emisiones ha mejorado la calidad del aire. Por ejemplo, en China, se redujo en un 25 por ciento durante el periodo que estuvo paralizada.
Y en la ciudad italiana de Venecia, el agua de sus famosos canales se volvió cristalina e inclusive registró presencia de peces y en otros casos la aparición de cisnes.