Fuertes vientos y torrenciales lluvias golpearon a las ciudades brasileñas de Belo Horizonte, Porto Alegre y Sao Paulo. Las intensas ráfagas arrancaron los techos de algunas viviendas y derribaron más de 100 árboles, mientras que las inundaciones arrastraron varios autos.
Mientras tanto, la provincia de Newfoundland, ubicada en Canadá, soportó temperaturas bajo cero y vientos de hasta 140 kilómetros por hora. La ciudad de St. John’s fue declarada en estado de emergencia. Por su parte, las autoridades recomendaron a la población evitar salir de sus viviendas.
Panorama similar se vivirá en Estados Unidos, donde al menos 100 millones de personas se verán afectadas por una potente tormenta de nieve que ya golpea a la costa oeste. El fenómeno se desplazará desde Oklahoma hasta Maine el fin de semana.