Australianos culpan al cambio climático de los incendios forestales, pero de igual manera tienen en la mira a su primer ministro, Scott Morrison. Es por esto que miles de ciudadanos, en grandes ciudades como Melbourne, Sidney o la capital Canberra se tomaron las calles en rechazo a las políticas del premier.
Los manifestantes señalaron que Scott Morrison ha brillado por su inacción y su falta de interés en detener la catástrofe.
Los incendios empezaron en septiembre y, desde entonces, no dan tregua. Millones de animales han muerto, 27 personas también y miles han tenido que ser desplazadas de sus hogares.