En Ciudad de México, el robo de teléfonos celulares asciende a 1700 diariamente, este delito se ha vuelto tan común que ya no causa sorpresa en los ciudadanos, quienes han encontrado sus propias formas de sobrellevarlo.
Muchos mexicanos se han visto obligados a adquirir un segundo equipo electrónico obsoleto, o menos moderno del que sí usan, este celular de “repuesto” sirve para que, en el caso de ser asaltados, entreguen ese y no el de mayor valor.
Ante esta situación, el Gobierno se ha dado cuenta de la necesidad urgente de intervenir con acciones concretas, por ello, han prohibido la venta de aparatos en los “tianguis”, como se le denomina a los mercados informales en el que se comercializa con dispositivos robados.
Además simplificarán el trámite de bloqueo de celulares extraviados y endurecerán las penas para los ladrones; no obstante, para muchas personas estas medidas no son suficiente para acabar con uno de los crímenes más comunes en su país.