Nuevamente el congresista Moisés Mamani está en el ojo de la tormenta. Mentir en su hoja de vida, realizar tocamientos indebidos a una azafata y otros ilícitos le estarían pasando factura.
El congresista de Fuerza Popular fue vapuleado e incluso llamado “violador” cuando caminaba por las calles de una localidad en Puno, cuando cumplía su semana de representación.
Estos casos, pues también le sucedió a Héctor Becerril quien fue encarado por un grupo de mujeres el pasado octubre, son más habituales. Hoy los ciudadanos enfrentan sin temor a sus representantes políticos, a los que tiempo atrás les habían brindado su apoyo.
Según el psicólogo, Jorge Yamamoto, “cuando falla el sistema oficial para administrar la justicia, la población tiende a tener este tipo de reacciones y toma la justicia por sus propia cuenta”. Por lo que, ante el “hartazgo de la población por una serie de coyunturas políticas, es el momento preciso para generar un cambio radical”, explicó.
Incluso se pensó que Mamani había abandonado el país rumbo a Bolivia, debido a la investigación que pesa en su contra. El polémico congresista deberá ejercer su derecho de defensa el próximo 5 de junio ante la Comisión de Levantamiento de Inmunidad Parlamentaria.
