Lima es la ciudad más vulnerable del país ante un posible escenario de crisis hídrica, como viene sucediendo en Montevideo (Uruguay), por ser la segunda ciudad más poblada en el mundo ubicada en un desierto, caracterizada por exiguos niveles de lluvias la que la obliga a trasvasar agua desde las zonas altoandinas, construir complejos reservorios y gestionar eficientemente sus aguas subterráneas.
Las represas donde se deposita el agua de la que depende Lima y el Callao registran el más bajo volumen de almacenamiento de los últimos cinco años. De acuerdo con Sedapal, a julio de 2023, las lagunas que regulan el caudal del río Rímac, tienen una acumulación de 190.17 millones de metros cúbicos (MMC), cifra menor al mismo periodo de los años 2018, 2019, 2020, 2021 y 2022.
Si bien este panorama no representa un peligro de desabastecimiento para Lima y Callao durante el 2023, sí marca una señal de alerta para los siguientes meses. Las proyecciones desarrolladas por la Sunass contemplan que, dentro de un escenario moderado, las lagunas se recargarían con el inicio de las lluvias en diciembre de 2023 con un nivel de precipitaciones similar al promedio histórico. Este panorama, junto a la puesta en marcha del Sistema de Derivación Huascacocha–Rímac, evitarían restricciones del servicio.
No obstante, un escenario desfavorable, estaría ligado al retraso del inicio de las lluvias hasta los primeros meses de 2024 y con un nivel de precipitaciones por debajo del promedio histórico, que provocaría restricciones del servicio de mayo a diciembre del próximo año, debido al déficit de almacenamiento de agua para regular el caudal del río Rímac.
Frente a este panorama de estrés hídrico, y ante la eventualidad de medidas de racionamiento, la Sunass, en el marco de sus competencias, propone a Sedapal no afectar a la población más vulnerable, específicamente a los 550 mil pobladores que actualmente tienen menos de 9 horas de continuidad del servicio de agua.
Asimismo, a fin de garantizar la continuidad del servicio, en un contexto de estrés hídrico, la Sunass plantea optimizar los 416 pozos disponibles con los que cuenta Sedapal, de los cuales 275 están en funcionamiento, 111 en reserva y 30 en reparación. Esto para contar con los stocks de aguas subterráneas en caso de emergencia.
Igualmente, el regulador exige a Sedapal acelerar el ritmo de inversiones en proyectos para la mejora de la oferta de agua. Cabe precisar que las inversiones programadas con este objetivo, durante el quinquenio 2022-2027, alcanzan un monto de S/151.1 millones. De los S/20.4 millones que se debieron usar el 2022, sólo se ejecutó S/ 6.6 millones (32 %). Quedan por ejecutar 13 proyectos que tienen como objetivo incrementar la cantidad del recurso hídrico para abastecer a Lima y Callao.
FONDOS PARA AFRONTAR CRISIS EN LAS EMPRESAS DE AGUA
30 empresas prestadoras cuentan con un aproximado de 461 millones de soles para afrontar el Fenómeno El Niño global y garantizar la continuidad de los servicios de agua potable y alcantarillado. Estas empresas, incluidas en las zonas declaradas en estado de emergencia, están ubicadas en 16 regiones: Amazonas, Áncash, Arequipa, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Pasco, Piura, Puno y San Martín.
El Decreto de Urgencia (DU) N.º 024-2023 permite que las empresas prestadoras en zonas de emergencia usen sus fondos de inversiones y reservas de manera excepcional, constituidos en sus estudios tarifarios, para financiar los costos de las actividades de operación y mantenimiento, así como las inversiones para atender y/o prevenir los daños asociados a la emergencia climática advertida.
DATO CURIOSO
La disponibilidad del agua subterránea, reserva esencial para el futuro del abastecimiento del agua potable, es menor al 60 % en 31 empresas prestadoras (EP) del país de 22 departamentos. Del total de EP, 16 no tienen volumen producido de agua subterránea y están en los departamentos de Amazonas, Loreto, Pasco, Cajamarca, Ayacucho, San Martín, Madre de Dios, Huancavelica, Áncash, Cusco y Puno.
Según el BID, las aguas subterráneas son importantes para el abastecimiento de la población, pues constituyen una fuente de agua en contextos regulares como en situaciones adversas, como sucedió en Perú y Chile en 2017, cuando el Fenómeno El Niño afectó el suministro, pero, mediante ellas, se pudo abastecer a la población. Asimismo, indica que, en zonas rurales, en muchos casos, constituyen las únicas soluciones viables para el acceso al agua.