Un curioso caso sucedió en la ciudad del Cusco. Una policía se percató que un auto de lunas polarizadas estaba estacionado en una zona rígida, de inmediato llamó a una grúa para llevar el vehículo al depósito municipal. Pero grande fue su sorpresa cuando se enteró que el dueño del auto era un colega suyo, el cual labora como policía de tránsito.
El agente llegó hasta la oficina de Tributación del Cusco para cancelar la infracción que había cometido. Avergonzado, el suboficial reconoció su error y realizó el trámite correspondiente.
La mujer policía manifestó que solo estaba cumpliendo su deber y tras esto retornó a las calles a seguir laborando.