Dos asaltos registrados el último fin de semana en Lima han evidenciado una vez más la capacidad de los delincuentes para evadir las medidas impuestas por el Gobierno en su lucha contra la inseguridad. En el Cercado de Lima, una mujer que empujaba el coche de su bebé fue sorprendida por un sujeto a bordo de una motocicleta. El agresor vestía un chaleco retroreflectante, justamente el implemento que las autoridades comenzaron a exigir desde hace algunos días para identificar a los motorizados.
Ese mismo sábado, una pareja fue víctima de un robo similar en San Isidro. Ambos casos fueron captados por cámaras de seguridad y compartidos en redes sociales, donde usuarios lograron identificar la placa del vehículo menor involucrado: 5038DU. Sin embargo, tras las primeras indagaciones, se descubrió que dicha placa había sido clonada, lo que dejó en evidencia la facilidad con la que se manipulan registros vehiculares en el país.
Un video enviado por el actual dueño de la motocicleta, quien adquirió el vehículo días antes, busca demostrar su inocencia ante las autoridades. En la grabación, señala que el color y características de su moto no coinciden con las del vehículo usado en los robos. Además, aclara que no tendría sentido realizar un traspaso formal para luego cometer delitos. “El chico que sale en esa moto es moreno, yo soy blanco”, afirma con indignación.
EXPROPIETARIO DE LA MOTO SE PRONUNCIA
El expropietario de la moto, Aldo Salas, también se ha visto afectado. A pesar de haber vendido el vehículo el pasado 13 de mayo, aún figura como titular en SUNARP, lo que ha desatado una ola de acusaciones injustas en su contra. “Están compartiendo mi DNI, mi nombre, incluso, el número de mi madre. Pero nadie de la Policía se ha comunicado conmigo”, denunció. Mientras tanto, el verdadero delincuente sigue libre y la inseguridad, más vigente que nunca.