Luego de atentados o extorsiones, una pregunta se repite entre las víctimas: ¿Cómo es que los delincuentes conocen tantos detalles de su vida diaria? La respuesta muchas veces es escalofriante. Según la Policía Nacional, en varios casos los extorsionadores cuentan con la complicidad de personas del entorno de la propia víctima, quienes, seducidos por un beneficio económico, se convierten en aliados del crimen.
Así ocurrió en un mercado de Carabayllo, donde tras una operación policial se detuvo a una pareja que exigía pagos mensuales a los comerciantes. La cuenta bancaria que recibía el dinero delató a Erika Ibarra Tadeo, alias “La Diabla”, quien según las autoridades compartía las ganancias con su pareja, Nilton Campos Campos. Un audio revelado por la PNP evidencia el nivel de amenaza: “Estoy esperando que me paguen, si no voy a hacer la cagad...”.
Lo más grave del caso es que, según las investigaciones, el presidente de la junta directiva del mercado mantenía una relación cercana con los extorsionadores. “Se conocen, son amigos. No creo que uno sea amigo de su extorsionador”, indicó el general José Zavala, jefe de la Dirección de Ciberdelincuencia. El dirigente habría presionado a los comerciantes para que pagaran y habría recibido un beneficio económico por hacerlo.
VÍNCULOS CON “EL MONSTRUO”
La pareja detenida estaría vinculada al peligroso criminal conocido como “El Monstruo”, según señaló la Policía. Además, se hallaron en su poder varios fotoshecks de integrantes de un sindicato de construcción civil, algunos con antecedentes por diversos delitos. Todo apunta a que la red de extorsión es más amplia y organizada de lo que parecía, y que en muchos casos, el enemigo está donde menos se espera: al lado de la víctima.
