A plena luz del día, una mototaxi se acercó a la puerta de la empresa Villareal, conocida como "Covida", en la zona de Oquendo, en el Callao. Desde la unidad, una mano emergió con un arma y disparó tres balas, cuyo sonido resonó como una clara advertencia para la empresa de transporte.
Este ataque se suma a una serie de amenazas previas. En marzo, Covida ya había recibido un mensaje intimidatorio, el cual fue denunciado ante la Unidad de Extorsiones de la DIRINCRI. Como consecuencia de estas amenazas, la empresa se vio obligada a reducir su flota.
Además, los conductores decidieron cortar su ruta para evitar convertirse en víctimas de un nuevo atentado. Según los testimonios de los conductores, muchos prefirieron desviar su ruta por su seguridad.
CAPTURAN A PRESUNTOS IMPLICADOS
Tras el atentado, la Policía logró capturar a dos presuntos implicados en el ataque: el propietario de la mototaxi y su conductor, quien habría confesado que el ataque fue realizado para intimidar a una persona involucrada en un conflicto personal. Según la declaración del conductor, él transportó a dos personas que dispararon contra el objetivo de intimidación, aunque aseguraron que su intención era solo asustar, no causar daño grave.