La enfermera Rosa Castro Ventura se convirtió en la sexta víctima mortal tras haber recibido el suero contaminado producido por Medifarma. La profesional de salud permanecía internada en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Sanna, en San Borja, donde luchaba por su vida desde hace varios días. Sus restos fueron retirados del establecimiento el último jueves por la tarde y trasladados en una furgoneta hacia el cementerio Campo Fe de Huachipa.
Sin embargo, en medio del dolor, una nueva polémica ha surgido. La familia de Rosa acusó al esposo de la fallecida, Eduardo Rossel, de impedir que se practique la necropsia de ley. Según Karla Castro, hermana de la víctima, su cuñado no les informó sobre las decisiones que tomó, y se enteraron del fallecimiento de Rosa horas después de que él ya había recibido la noticia. "Nos excluyó totalmente de las gestiones", afirmó, añadiendo que la prioridad para su familia siempre fue buscar justicia y transparencia.
El abogado de la familia, Henry Morán, denunció que se habría vulnerado el proceso judicial al evitar la necropsia. "Nos sorprende cómo de manera arbitraria y unilateral el esposo ha sustraído de la justicia este procedimiento", señaló, e hizo un llamado a la Fiscalía para que actúe y corrija la situación. Asimismo, Karla Castro expresó su preocupación por posibles vínculos o conversaciones no reveladas entre su cuñado y representantes de Medifarma.
FAMILIA PUSO LA DENUNCIA
Ante estos hechos, los familiares presentaron una denuncia en la comisaría de San Borja por omisión o demora de actos funcionales contra Eduardo Rossel y los que resulten responsables. También cuestionaron el proceder de los agentes policiales durante el levantamiento del cuerpo, asegurando que no se llamó a la fiscal de turno como corresponde. Por ello, indicaron que elevarán una queja formal ante Inspectoría de la Policía Nacional.
